viernes, 27 de abril de 2012

El último abrazo será el primero

He Traído a mis brazos tu recuerdo. Fuiste la primera, y eso no lo cambia nada. El viento que todo lo barre, no borró. Un encuentro que aunó el deseo en el instante. Me sentí arrastrada por la ola. Es nuestro. No somos las de antes, pero nada se interpondrá al abrazo bajo la lluvia, y a los revolcones que nos tiraban al suelo, porque la cama se hacía insuficiente. Lamentamos que el fuego se apague, pero no la memoria. En ella estamos tú y yo. En ella. Cuando abrazarte y resbalar sobre tu cuerpo era el anuncio del éxtasis. Caduca. Está claro que sí. Ganamos. Vivimos otros encuentros. Otros momentos de vuelo, en que nos volvimos a enamorar por primera vez, desmitificando el mito, ya que comprobamos que siempre ocurre la magia del descubrimiento de una misma en el cuerpo de la otra, desvelando y quitando velos que ocultaban el conocimiento de los poros de nuestro cuerpo. Tuvimos y tenemos. Nada puede apropiarse de lo nuestro. Una vida da para muchos encuentros. Dar pie a que así sea, favorece que el camino recorrido haya sido pisado con sentido. El amor bebe de infinitud. Cada instante de él es ese trago. En él nos encontramos. Siempre nos llevaremos en los próximos abrazos, aunque el último sea la primera vez.

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